¿Tienes una mente inquieta en la que bullen las ideas? ¿Te aburren las fotos que sueles ver y te gustaría hacer algo distinto? ¿Algo del estilo de las fotos que ilustran este texto? ¿O algo que no tenga nada que ver con estas fotos y que nadie haya visto nunca antes?
Busco gente a la que le gusten los interrogantes, sea imaginativa, inconformista, activa, tenga muchas y -a ser posible buenas- ideas y esté interesada en crear proyectos fotográficos creativos.
Prometo estudiar cada propuesta y, si es viable, intentar llevarla a cabo.
Se está acabando el verano -aunque las temperaturas parezcan decir lo contrario- y va siendo hora de retomar tanto la actividad fotográfica como la de esta página.
Tras un relativamente largo periodo de poca actividad artística creo que ha llegado el momento de afrontar nuevos proyectos y trabajos. Y todo ello a partir de un nuevo enfoque en el que va a primar la creatividad y la interconexión de diferentes ámbitos del arte y la tecnología.
Por ello voy a dar preferencia a trabajos que no haya realizado con anterioridad, que me aporten cosas nuevas y/o me ofrezcan nuevos retos que afrontar. O simplemente cosas que me llamen la atención y me ilusionen. Lo que sí que tengo claro es lo que no quiero hacer: las típicas y manidas fotos de moda cutres o trabajar con -o más bien para- gente que no me aporte nada.
Igualmente quiero abordar el «asunto» desde un prisma artístico más amplio en el que la fotografía no tenga que ser necesariamente el elemento principal del trabajo, sino un aspecto más del mismo, de modo que el resultado sea algo más rico y completo.
También me gustaría dar un impulso más al uso de las tecnologías para dar a conocer aspectos del proceso de trabajo. Esto se puede traducir en compartir ideas e imágenes de bocetos, transmitir videos de lo que estamos haciendo y cualquier otra cosa que se me (o se nos) vaya ocurriendo.
Si crees que tienes alguna idea que encaje en esta línea y te apetece que hagamos algo juntos estás invitado a compartir tu idea conmigo. Por mi parte estaré encantado de escucharte.
La verdad es que la fotografía es algo perenne, que no conoce de estaciones climáticas. Pero el verano suele tener algo especial que permite enfocarla de un modo diferente, más calmado y sosegado.
Si trabajas suele ser la época en la que tienes vacaciones. Y si encima tienes la suerte de poder viajar eso se convierte en una oportunidad única de alimentar tus ojos, tu cerebro y tu cámara de fotos con imágenes de rincones especiales.
de la serie «el mundo»
Enfoco el verano como un momento propicio para descansar y dejar de hacer cosas. Desconectar de lo cotidiano y enfocar nuevas experiencias o simplemente dejar pasar el tiempo sin más. A ello le añado unos momentos para la reflexión, tanto en el plano personal como en el estrictamente profesional: echar la vista atrás, analizar los trabajos realizados, con sus aciertos y desaciertos, y plantear soluciones alternativas a partir de mis conocimientos actuales. El camino es largo hasta poder autodenominarme FOTÓGRAFO (así, en mayúsculas y con todo lo que conlleva) pero es cuestión de afrontarlo con ganas, recorrerlo y disfrutar a lo largo del tránsito.
Hay un proverbio que dice más o menos algo así como que tener únicamente como meta el éxito es un error que no te permitirá ser feliz; en cambio fijar como meta el disfrute del camino es más probable que te conduzca a la felicidad.
En cualquier actividad se hace necesario recorrer un camino. Ya sea a través de una formación constante para estar al tanto de novedades así como para redefinir o mejorar nuestra técnica de trabajo, o bien mediante la lectura de artículos y libros, el análisis del trabajo de otros profesionales, etc. En el mundo de la fotografía esto es todavía más importante, ya que prácticamente cada mes aparecen novedades que nos vienen a facilitar (o no) las rutinas de trabajo.
2016 / 2009
Me parece necesario detenerse de vez en cuando en ese camino imaginario, recopilar la experiencia acumulada, echar la vista atrás, analizar los trabajos realizados hasta la fecha, con sus aciertos y desaciertos, y plantear soluciones alternativas a partir de los nuevos conocimientos, así como intentar extraer conclusiones que me permitan no repetir los errores cometidos. Para ello suelo recuperar y reelaborar desde cero una serie de fotografías hechas hace varios años, para poder ver si realmente he conseguido realizar un cierto avance.
Como veréis, hay cosas que se han podido mejorar, como los encuadres de las imágenes, la recuperación de algunos detalles (sobre todo de la ropa), o un mejor manejo de luces y sombras para resaltar el motivo principal. También he podido reconocer errores, sobre todo de iluminación, que en estos momentos abordaría de manera distinta y más adecuada a este tipo de escenas.
El objetivo es que todo ello sirva de impulso para ir hacia adelante, afrontar nuevos retos y trabajos interesantes, siempre en busca de la novedad, de la sorpresa continua que debe ser la fotografía.
2016 / 2009
Y tú, ¿también te reciclas y analizas tus trabajos? Dedícale un poco de tiempo y, además de mejorar, te servirá para conocerte un poquito mejor.
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Nota: Este artículo lo ilustro con algunas fotografías tomadas en el año 2009 y vueltas a trabajar desde cero en 2016. He intentado darles una nueva visión a partir de mis conocimientos actuales. Primero podéis ver la versión actual y al lado la versión antigua. Cualquier aspecto negativo que podáis encontrar en las mismas sólo se me puede atribuir a mi y a mi falta de experiencia/conocimientos, y en ningún caso al buen hacer de modelos, estilista, maquilladora y cualquier otra persona participante en esta sesión de fotos.
créditos fotos
fotos: angel_m
modelos: Condesa de Orlok y Rebeca Allueva
vestuario y estilismo: Silvi Sanctuary maquillaje: Yolanda Villajos
localización: El Teatro de las Ánimas (Zaragoza)
Organizar una exposición es quizá una de las actividades más duras en el trabajo de cualquier artista, sobre todo cuando no cuenta con un equipo que le preste apoyo. Para conseguir hacer algo decente hay que tener presente el gran esfuerzo que conlleva, tanto de tiempo como de dinero, que nos obliga a realizar un estudio previo de su viabilidad -valorar si el trabajo que hemos hecho tiene una calidad mínima para ser mostrado y si va a tener una repercusión cuanto menos aceptable-, así como a una concienzuda planificación de la misma.
Son muchos los elementos que intervienen en el proceso; entre ellos los que enumero a continuación, sin entrar en detalle sobre cada uno de ellos:
El primero y más obvio es tener una serie de trabajos dignos que merezcan la pena ser mostrados al público -sobre esto también habría mucho que hablar-. Se deben realizar unos revelados adecuados de las fotografías -hablaré de fotografía porque es mi terreno- y un enmarcado de las mismas acorde al lugar donde vayan a ser expuestas. Igualmente implementar un sistema de almacenaje y transporte que evite daños en nuestros trabajos.
Contar con un lugar adecuado en el que las obras puedan ser exhibidas en buenas condiciones, tanto espaciales como lumínicas. Está claro que una galería de arte o similar es uno de los mejores ambientes posibles, sobre todo si contamos con la complicidad del galerista que atraerá a un público interesado en el mundo del arte. No obstante también hay otros espacios en los que, si bien no es su actividad principal, también se realizan exposiciones de forma habitual (cafés, tiendas de moda o diseño, centros públicos, etc.). Algunos de ellos están bien montados y cuentan con un público fiel. Es cuestión de cada uno evaluar cuál es el mejor espacio para su obra, así como saber decir que no cuando el lugar no es el adecuado. Y otro detalle importante, hay que tener la posibilidad de poder acceder a estos lugares (en algunos se realiza una selección previa o te pueden exigir un cierto curriculum para ser considerado)
Una promoción adecuada es esencial -quizá lo principal-, ya que sin ella nada de lo anterior habra merecido la pena. Ahí están las redes sociales -que no dejan de ser un tótum revolútum en los que casi nadie encuentra nada y rara vez llegamos a nuestro target de potenciales visitantes-, pero ya que las tenemos y son gratis (o casí), usémoslas. El uso de etiquetas (tags) concretas y concisas nos puede echar una mano (pequeña). Más interesante puede resultar el ir haciendo una lista o agenda de teléfonos y correos electrónicos de personas interesadas en nuestra obra, que van a ser más receptivos a nuestros mensajes y seguramente nos harán una visita. Elaborar y mantener un listado de este tipo es algo obligatorio para cualquier artista mínimamente serio. Por último si el local donde exponemos cuenta con su propia cartera de usuarios nos ayudará enormente a convocar a un público especializado y cuanto menos mínimamente interesado por nuestro trabajo y/o por el mundo del arte en general.
Exposición «Radiografías» de Angel_m, en la galería «La libreta de los dibujos». Zaragoza, 2010
Pero en este artículo me quería centrar en un aspecto que casi nunca se tiene en cuenta y personalmente creo que es un elemento que puede otorgar un carácter especial y diferenciador a nuestra exposición: la música o banda sonora que va a acompañar a nuestras imágenes.
Al mismo tiempo que organizamos de una forma argumental la secuencia de fotografías a mostrar, me gusta que éstas tengan su propia banda sonora. Seleccionar una serie de canciones que cobijen acústicamente a nuestras fotografías, que ayuden o den más pistas al espectador a la hora de interpretarlas y que funcionen al igual que funciona la música en una película.
Muchos artistas dan la importancia que se merece a este aspecto. Incluso hay empresas especializadas en crear bandas sonoras para exposiciones. A modo de ejemplo me gustaría destacar el trabajo que hizo parte de la banda New Order para la exposición que el diseñador británico Peter Saville realizó en el Design Museum de Londres en el año 2003. En este caso no se trata de una mera recopilación de temas, sino de una banda sonora ambiental creada específicamente para esta exposición.
A nivel nacional podemos nombrar al grupo Fangoria que, junto a Actibeat, crearon un disco instrumental «Sonidos para una exposición» a modo de banda sonora de una exposición del artista Pablo Sycet.
Por mi parte intento siempre buscar una serie de temas que tengan que ver con el tema de la exposición. Para ello, me suelo basar en mi larga trayectoria escuchando música, y no me importa dedicar unas cuantas horas a este proceso. Creedme que el resultado va a merecer la pena. Suelo elegir música de todo tipo para dar variedad, aunque, en general, me gusta que el ritmo sea bastante tranquilo y no haya demasiadas estridencias.
A continuación os presento un par de exposiciones que he hecho junto a la «banda sonora» que seleccioné para cada una de ellas.
Que ustedes las disfruten.
Radiografías
Esta exposición reune una serie de fotografías en las que el cuerpo humano interactua con radiografías de diversas partes del mismo. El color negro es el protagonista y el que sirve de marco para el discurso que se desarrolla a lo largo de las diferentes imágenes, en las que se realiza un juego de extremos en busca de un equilibrio que nunca llega a ser perfecto: interior/exterior, positivo/negativo, luz/oscuridad, son algunas de las parejas que compiten en esta dualidad en la que nunca gana nadie.
A modo de lema o presentación de la misma, usamos la siguiente frase de Charles Bukowski adaptada por nosotros:
«la carne cubre el hueso y dentro le ponen un cerebro y a veces un alma» (charles bukowski)
ésta, es una de esas veces
La banda sonora elegida es, en general, bastante ambiental, sin grandes disonancias, pensada para crear un fondo sonoro que arrope al espectador. Comenzamos con el «Radioactivity» de Kraftwerk, un clásico de la electrónica de los años 70, y después se suceden diversos temas en los que combino sonidos oscuros (Joy División, Cocteau Twins o The cure con su maravilloso «The drowning man» perteneciente a su fascinante albúm «Faith» de 1981) con otros más ambientales (Air, Paco Fernández, Blue Nile) y contemporáneos (Massive Attack, Miss Kittin, Hess is more)
NOTA: Es posible que la aplicación Spotify te requiera estar registrado para poder escuchar las canciones.
Ohm
Georg Simon Ohm fue un físico alemán que formuló la ley que lleva su nombre y que conforma una de las bases de la electricidad. Partiendo de su figura, un tanto a modo de excusa y otro tanto como homenaje, esta exposición gira en torno a diferentes perspectivas de una maquina extractora de mineral que se encuentra actualmente en el Museo Minero de Escucha (Teruel).
Consta de una docena de imágenes que indagan y penetran en el ser de la maquinaria y de la propia electricidad de le dio vida.
Trabajada toda ella en blanco y negro, la exposición conforma una búsqueda y una reinterpretación de una máquina en desuso como fuente para la reflexión de cómo un objeto aparentemente inútil puede reconvertirse en una fuente de inspiración y belleza.
La idea inicial era elegir canciones cuy título incluyera las palabras ohmio (inmediatamente me vino el grupo Kraftwerk a la cabeza) o electricidad. Sin mucho esfuerzo logré reunir 68 temas, aunque muchos de ellos no me convencian en absoluto. Así que finalmente opté por algo más variado pero buscando temas que, de un modo u otro, me sugirieran el concepto electricidad, aunque no figurara en el título de la canción.
De nuevo comenzamos con Kraftwerk y su «Ohm sweet ohm»-qué haría yo sin ellos- y desarrollamos un discurso sonoro en el que la electrónica más pura, con un cierto toque vintage (Orchestral Manoeuvres in the Dark, Luke Slater, Visage) se mezcla con sonidos más clásicos (en mi concepto de clásicos caben bandas y artistas como The Cure, Leonard Cohen, Roxy Music, Pink Floyd…) junto a cosas más ambientales (Dead Can Dance, Blue Nile, Odesza)
NOTA: Es posible que la aplicación Spotify te requiera estar registrado para poder escuchar las canciones.
Este año, a pesar de numerosos líos y acontecimientos varios, he logrado sacar algo de tiempo para preparar la foto con la que felicitar a todos mis amigos y conocidos las navidades. Una idea sencilla: una modelo y algún motivo navideño. Eso sí, para ser fiel a mis principios, huyendo de entornos típicamente navideños y buscando una imagen desenfadada y divertida. Para conseguir este objetivo he contado con la inestimable colaboración de Alba Ivars y Raquel Lafarga.
Como tema para la felicitación, a partir del cual buscar una frase que acompañe a la imagen, me dedicí por los sueños, entendidos como punto de partida para crear realidades que todavía no existen. Tras la selección de frases -hay muchas y muy buenas- decidí que una de las que mejor expresaban mi percepción del tema era ésta de Bernard Shaw: Ves cosas y dices,»¿por qué?». Pero yo sueño cosas que nunca fueron y digo, «¿por qué no?».
También me gustaría destacar un par de frases más: Los que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que escapan a los que sueñan sólo de noche (Edgar Allan Poe) y Nada sucede a menos que primero sea un sueño (Carl Sandburg).
El sueño como elemento creador de realidades nuevas. La originalidad sobre la vulgar copia. La búsqueda constante de algo nuevo para que los trabajos no sean algo repetitivo y aburrido. La imaginación al poder. A pesar del esfuerzo que conlleva. Esfuerzo que, por supuesto, también tiene su recompensa, aunque en muchos casos se limite (y ello no es poco) a la satisfacción personal del trabajo bien hecho.
Y como siempre mis recomendaciones de otros años:
– Busca influencias positivas, y aparta de tu vida a esa gente negativa que absorbe tu energía.
– Sé arte, y aspira a crear cosas que puedan recibir tal denominación.
– Sé crítico contigo mismo y con lo que haces. Ten presente que el trabajo bien hecho es la mejor de las satisfacciones.
– Y disfruta del camino que recorras sin obsesionarte con la meta.
Y dicho esto, Feliz Navidad y a por el 2016.
créditos foto
modelo: Alba Ivars
maquillaje y peluquería: Raquel Lafarga
Si tuviera que escribir un texto acerca de lo que es para mi la fotografía, sin duda una de las palabras que utilizaría sería magia. En mi concepción de la fotografía cobra gran importancia la capacidad para crear belleza y fantasía. Si nos enfrentamos a un mundo cada día más feo y oscuro seamos rebeldes y creemos cosas bonitas.
Por otro lado, si hay situaciones que ya de por sí encierran algo mágico, una de ellas tiene que ser sin duda el momento en que una mujer se encuentra embarazada. Un proceso creativo que culmina con la creación de otra vida humana. De nuevo la magia está presente.
Enfrentarme a la realización de unas fotografías de una mujer embarazada ha sido posiblemente uno de los momentos de más estrés (positivo) en mi actividad fotográfica. Qué sería de la vida sin nuevos retos. Lo he asumido como un exigente ejercicio en el que he tratado de equilibrar un adecuado acercamiento a la situación de la futura madre -con sus implicaciones físicas y psicológicas-, el respeto de la intimidad de la persona y al mismo tiempo asumir ciertos riesgos para conseguir unas cuantas fotografías originales y que respondan a las expectativas de los futuros papas.
Aquí os presento unos cuantos ejemplos del resultado obtenido.
Ésta es una pregunta que me han hecho bastantes veces. A veces respondo una u otra cosa según la situación, mi ánimo personal o la persona con la que hablo, así que me ha parecido un buen ejercicio el recopilar una serie de motivaciones por las que efectivamente hago pocas sesiones de fotos. Alguna son estrictamente personales mientras que otras tienen que ver con interacciones con otras personas, como veréis.
Han salido un total de 10 motivaciones que cubren bastante bien diferentes aspectos, así que espero que os gusten (alguna más que otra) y, como siempre, espero vuestros comentarios.