Y estos son algunos de los resultados de la sesión invernal que realizamos Alba Bittersweet y un servidor el pasado mes de diciembre.
Y estos son algunos de los resultados de la sesión invernal que realizamos Alba Bittersweet y un servidor el pasado mes de diciembre.
Debo reconocer que cada año que pasa me cuesta más idear un título para esta entrada navideña sin mencionar la palabra navidad. En esta ocasión, y por tercera vez consecutiva, repetimos modelo -mi admirada Alba Bittersweet-, en un mano a mano sin ninguna otra ayuda. Menos es más.
La idea bastante sencilla: un espacio al aire libre, un tetrabrik de vino, una copa y una tableta de turrón del duro. Elementos que en sí mismos no invitan en demasía al optimismo. Una navidad a la que le hemos querido quitar todo el artificio y el decorado de cartón piedra con que nos la pintan los anuncios y los centros comerciales. Sin falsas caras sonrientes de gente que ni nos va ni nos viene. Una búsqueda de la esencia. Pararse y reflexionar.
Pero puede ser un buen momento para buscar influencias positivas, y apartar de la vida a esa gente negativa que absorbe nuestra energía, para intentar ser arte, y aspirar a crear cosas que puedan recibir tal denominación y para disfrutar del camino que recorremos sin obsesionarnos con llegar a meta.
Y dicho esto, Feliz Navidad y a por el 2018.
Ya tenemos fecha acordada la señorita Alba Bittersweet y un servidor para preparar nuestra -ya casi- tradicional foto navideña. Aún no tenemos la imagen definida, pero si sabemos que se va a mover en los parámetros de la ironía y del romper cosas. Y hasta ahí puedo leer.
Pronto más información. Y de momento os dejo con una imagen del año pasado.
Pues no. Este año no me voy a enrollar con reflexiones navideñas como he hecho en otras ocasiones. Solamente felicitaros la Navidad y desearos un buen comienzo de año. Sed positivos, disfrutad de los pequeños detalles e intentad aportar algo bueno al mundo -por insignificante que os pueda parecer todo cuenta-.
Y como el pasado año una imagen navideña improvisada con mi amiga Alba Bittersweet (de paso incluimos alguna foto más de las que hicimos, en plan making of)
Salud!!!!!
Este año, a pesar de numerosos líos y acontecimientos varios, he logrado sacar algo de tiempo para preparar la foto con la que felicitar a todos mis amigos y conocidos las navidades. Una idea sencilla: una modelo y algún motivo navideño. Eso sí, para ser fiel a mis principios, huyendo de entornos típicamente navideños y buscando una imagen desenfadada y divertida. Para conseguir este objetivo he contado con la inestimable colaboración de Alba Ivars y Raquel Lafarga.
Como tema para la felicitación, a partir del cual buscar una frase que acompañe a la imagen, me dedicí por los sueños, entendidos como punto de partida para crear realidades que todavía no existen. Tras la selección de frases -hay muchas y muy buenas- decidí que una de las que mejor expresaban mi percepción del tema era ésta de Bernard Shaw: Ves cosas y dices,»¿por qué?». Pero yo sueño cosas que nunca fueron y digo, «¿por qué no?».
También me gustaría destacar un par de frases más: Los que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que escapan a los que sueñan sólo de noche (Edgar Allan Poe) y Nada sucede a menos que primero sea un sueño (Carl Sandburg).
El sueño como elemento creador de realidades nuevas. La originalidad sobre la vulgar copia. La búsqueda constante de algo nuevo para que los trabajos no sean algo repetitivo y aburrido. La imaginación al poder. A pesar del esfuerzo que conlleva. Esfuerzo que, por supuesto, también tiene su recompensa, aunque en muchos casos se limite (y ello no es poco) a la satisfacción personal del trabajo bien hecho.
Y como siempre mis recomendaciones de otros años:
– Busca influencias positivas, y aparta de tu vida a esa gente negativa que absorbe tu energía.
– Sé arte, y aspira a crear cosas que puedan recibir tal denominación.
– Sé crítico contigo mismo y con lo que haces. Ten presente que el trabajo bien hecho es la mejor de las satisfacciones.
– Y disfruta del camino que recorras sin obsesionarte con la meta.
Y dicho esto, Feliz Navidad y a por el 2016.
créditos foto modelo: Alba Ivars maquillaje y peluquería: Raquel Lafarga
Varias palabras para que reflexionéis un poco sobre lo que ha sido este año y lo que esperáis que sea el siguiente:
FELICIDAD: Satisfacción, gusto, contento /// REGALIZ: Pasta hecha con el jugo del rizoma de esta planta, que se toma como golosina en pastillas o barritas /// NAVICULAR: De forma abarquillada o de navecilla /// BONDAD: Natural inclinación a hacer el bien.
Felicidad como estado ideal de ánimo. Que los besos que recibamos tengan sabor a regaliz. Que veamos muchas bocas de forma navicular, pues será señal de que nos están sonriendo. Y, obviamente, que la bondad nos invada a nosotros y a los que están a nuestro alrededor.
Recordad que no sólo es cuestión de desear que las cosas pasen sino de hacer algo para ayudar a que los deseos y los sueños se hagan realidad o, cuando menos, que empiecen a ser tangibles. No deben importarnos esos que dicen que no vamos a lograrlo ni aquellos envidiosos que pondrán su granito de arena para intentar que no lleguemos a conseguirlo. En estas ocasiones me encanta la frase de Samuel Beckett: Try again. Fail again. Fail better. O, de una forma más prosaica podríamos citar a la Pantoja y su Dientes, dientes, eso es lo que les jode.
En cualquier caso, un buen propósito podría ser el de apartar de tu vida a esa gente negativa que absorbe tu energía. Deseemos que el 2015 traiga para ellos un poco menos de malos humos y un poco más de humanidad. Que vivan su vida en vez de minar las vidas de los demás.
Busca influencias positivas. Aprende de ellas e intenta aportarles algo positivo. Quid pro quo. Es lo menos que se merecen. Y es justo.
Sé arte. Crea cosas que puedan recibir tal denominación. Desgraciadamente estamos rodeados de cosas feas, horribles y carentes de armonía, tanto en nuestro sector de actuación como en cualquier otro, así que no contribuyas a que haya más. Sé crítico contigo mismo. Ten presente que el trabajo bien hecho es la mejor de las satisfacciones, por encima de las palabras y los falsos halagos.
Y disfruta del camino que recorras sin obsesionarte con la meta. Si tiene que llegar, llegará. Procura ser feliz; eso es algo que no te lo podrá quitar nadie.