Si tuviera que escribir un texto acerca de lo que es para mi la fotografía, sin duda una de las palabras que utilizaría sería magia. En mi concepción de la fotografía cobra gran importancia la capacidad para crear belleza y fantasía. Si nos enfrentamos a un mundo cada día más feo y oscuro seamos rebeldes y creemos cosas bonitas.
Por otro lado, si hay situaciones que ya de por sí encierran algo mágico, una de ellas tiene que ser sin duda el momento en que una mujer se encuentra embarazada. Un proceso creativo que culmina con la creación de otra vida humana. De nuevo la magia está presente.
Enfrentarme a la realización de unas fotografías de una mujer embarazada ha sido posiblemente uno de los momentos de más estrés (positivo) en mi actividad fotográfica. Qué sería de la vida sin nuevos retos. Lo he asumido como un exigente ejercicio en el que he tratado de equilibrar un adecuado acercamiento a la situación de la futura madre -con sus implicaciones físicas y psicológicas-, el respeto de la intimidad de la persona y al mismo tiempo asumir ciertos riesgos para conseguir unas cuantas fotografías originales y que respondan a las expectativas de los futuros papas.
Aquí os presento unos cuantos ejemplos del resultado obtenido.